Yo lo he visto cerca, en Aragón, y lo he observado en Madrid varias veces. Y hablo siempre de ejemplos en la política válida de primer nivel.
Nunca los despidos se explican bien, no se quiere hacer para disimular. Pero siempre quedan heridos y sobre todo heridas que nunca cicatrizan bien.
Aprender de los errores de otros es imposible. Lo cierto es que en política, los compañeros de partido son tus principales enemigos. Y así es imposible resolver los problemas de las sociedades.