El cambio del mundo del Arte es tremendo en poco tiempo, nadie podría adivinar hace dos o tres años, que el Arte Digital se pudiera vender como NFT con todo lo que esto representa de novedad intercambiable y única, incluso que se pudiera vender a unos precios muy altos, en todo el mundo, sin que el artista se moviera de su despacho, de su laboratorio. Es tan simple como ofrecer un producto artístico, digital o en formato digital y convertido a NFT, a un tamaño que sirva para ser reproducido a tamaño suficiente según el artista, y como sucedía en los grabados muy antiguos, firmarlo con una numeración que garantice el número de copias que se pueden hacer.
Pero también y de forma mucho más simple, como simples objetos Artísticos Digitales con todas las garantías legales, para que su propietario lo utilice como si fuera una obra de Arte Analógica y Física. Una especie de Certificado Digital único, asociado a un archivo determinado para garantizar su propiedad y su derecho de reproducción.
Vamos a ser más explicativos. Os he dejado una imagen mía, arriba del texto de inicio a esta entrada. Es pequeña, tiene unos 400 k de tamaño a una resolución de 72 p.p.p. y unos 35 centímetros de ancho. Pero yo podría vender esta misma imagen a 40 centímetros de ancho y a 300 p.p.p. o incluso a 50 centímetros de ancho a 350 p.p.p. y garantizar de esa manera que la copia se podría tener en el ordenador, proyectar en una televisión en alta calidad o imprimirse para el fondo de una pared.
Estaríamos entregando una imagen artística, digital, en RGB con 4.500 o 7.000 píxeles de anchura. Por poner un ejemplo más que suficiente. Ya no es necesario pensar solo en óleo, acuarela, fotografía digital, sino también en creaciones digitales que "digan" algo, que atrapen y sean capaces de motiva a futuros compradores que buscar invertir en Arte Digital único.
No es mi caso, y lo advierto de entrada, todavía no lo es, quiero decir.
Como es lógico y dando garantía para el comprador, cualquier activo NFT o cualquier Arte Digital tiene que ir acompañado de un Certificado de autoría, de originalidad y de propiedad para el comprador. A partir de este punto se abren posibilidades tremendas para intercambiar Arte, para poner en valor posiblemente el que sea el Arte del Siglo XXI, Arte Digital, mucho más democrático pues puede permitir que muchas más personas tengan la propiedad de Arte Original, a bajos precios (o no) y tengan sus colecciones de diversos autores, en unas colecciones que ya no necesitan grandes salas, sino enormes formas de proyección o de impresión.