28.1.22

Intercambio de favores con la gaviota



Quiso posar para mí en el puerto y tuve que hacerle caso, se puso de perfil sacando su mejor pose. Era una gaviota adulta con ganas de quedar plasmada para que la observáramos.

Aquella mañana de sol suave hacía frío y quería estropearse por la tarde con alguna borrasca nueva.

Tal vez por eso la gaviota sabía que los tiempos no eran tantos y que tenía que aprovechar para engañarme un poco.

Se me acercó lo suficiente para que fuera obligado tener que hacer la fotografía, no me cabía otra opción que hacerle caso y quedarme prendado de su mirada de ojo abierto.

Era un blanco brillando superior al que vemos en la imagen. Y la mezcla difusa del rojo con el amarillo atrapa a cualquier observante.

Al final le dimos una galleta desmenuzada y entonces sí, se acercó lentamente de nuevo hacia nosotros y se cobró su precio por posar.

Lo uno por lo otro.

Intercambio de favores.