Vamos a contemplar primero la obra original, tal y como la podríamos contemplar si estuviéramos en la sala de exposiciones. Y a continuación vamos a realizar un pequeño ejercicio visual sobre el tamaño de las obras de arte actual, que juegan cada vez más con su propio tamaño. Ya no existen miniaturas, no existen obras pequeñas, sino que se trabaja casi siempre hacia formatos grandes, para poner en valor la obra y para de alguna manera demostrar un dominio de los espacios.
Abajo vemos la posible y teórica manera de ver la misma obra por la misma persona, pero imaginándonos que ea obra fuera de tres posibles tamaños. No he querido ir a jugar con excesos, son tamaño ligeramente mayores, pero que de alguna manera nos hacen cambiar la perspectiva de la obra. ¿Valoraríamos por igual cualquiera de las tres obras, o nos inclinaríamos más por una o por otra. No, no vale pensar en el tamaño de tu propia pared.