A veces se trata de intentar conquistar el cielo antes de intentar conquista la tierra, nuestro suelo.
Creer que es lo mismo izarnos sobre nosotros mismos que aprender a volar para podernos escapar del suelo.
Es posible que en nuestro interior todos deseemos ser aves de vuelo largo, dioses en minúscula o incluso Ángeles de espada.
En todos los casos lo que mejor hacemos es simplemente intentarlo.