A veces una obra de Arte puede ser un detalle, una provocación, un grito, unas sorpresa. Estas tres pequeñas esculturas las observé en una calle del Casco Histórico de Zaragoza, digamos que entre el Tubo y San Gil para no dar muchas pistas sobre todo al no saber quién es el autor de estos pequeños caramelos artísticos.
Me parecieron fabulosos, capaces de querer escaparse hacia la casa de cualquiera de nosotros. Pequeños detalles del Arte Moderno, Actual, contemporáneo pues sucede en nuestro tiempo, y que además es fácil de entender y es provocativo. El Arte es sobre todo expresión, y estos tres "contemplantes o contempladores" de las calles zaragozanas son expresivos.