La duda abierta con la incorporación de una obra de Picasso al Museo del Prado tiene su punto y sin duda va a producir una cambio notable en el medio plazo, tanto en el Museo del Prado como en el Museo Reina Sofía. Es inevitable.
El Museo del Prado ha aceptado —a través de la fundación American Friends of the Prado Museum— el depósito durante cinco años y después se convertirá en una Donación previsiblemente permanente, de esta obra de Pablo Picasso titulada "Buste de Femme 43", obra pintada en el año 1943 y perteneciente a la familia Arango Montull, que ahora colgará en la sala de retratos del Greco.
No es la primera vez que obras de Picasso cuelgan en el Prado, pues en algunas exposiciones temporales ya lo había hecho, pero nunca en lo que denominaríamos Colección Permanente. Hay que recordar que Pablo Picasso fue director del Museo del Prado en los tiempos de la II República Española, no es pues un artista ajeno a este maravilloso Museo.
Pero un real decreto del año 1995 establecía que el nacimiento de Pablo Picasso en el año 1881 delimitaba el final del arte clásico y el inicio del arte contemporáneo al menos en España, actuando así como frontera entre las colecciones del Museo Reina Sofía y las del Museo del Prado.
¿Y a partir de ahora? ¿Veremos en el Reina Sofía ejercicios de comparación entre obras clásicas y trabajo contemporáneo? ¿Aumentará el tipo de obras que se pueden ver en el Museo del Prado, sin atender a una fecha muy cerrada? ¿Encajaría bien algunas obras de Francisco de Goya en el Reina Sofía? Yo creo que las Pinturas Negras por poner un ejemplo son un modelo maravilloso de obra para el Reina Sofía. Todo lo iremos viendo poco a poco.