La suciedad es una manera de catalogar lo habitual. En Arte se juega muchas veces con la suciedad para reforzar mensajes o para acercarnos a lo que muchas personas no quieren ver. El artista bien dentro del movimiento de Arte Poveda o del Arte Brut (por poner dos tipos de Escuelas artísticas pero hay más que tocan la suciedad) intenta jugar con los materiales habituales, y se muestran reconstruidos o deformados o seleccionados desde esas ópticas que no siempre queremos ver.
El Arte de la Suciedad, el Arte de los Desechos forma parte de nosotros mismos. Es la utilización de lo que ya existe y tras "cogerlo" y atraparlo, mostrarlo encuadrado, embellecido un poco a través del espacio expositivo. Se trata de lo mostrar lo asqueroso de la vida habitual, de la que pisamos, conocemos, creamos.
No toda la suciedad es realmente suciedad, no toda es desechable. Depende de los modos y los tiempos. Pero en realidad lo que es basura es porque en ese momento de calificarlo basura, es simplemente basura. Aunque no todo es basura en los mismos sitios a la vez.
Yo recuerdo que en mi primera visita a New York observé detalles de suciedad que en mi ciudad, Zaragoza, no se consentirían. Los vecinos armarían tales quejas que sería imposible que existieran. Hablo de suciedades tremendas en barandillas de la calle, del Metro, que llevaban años sin limpiar o que se limpiaban con el paso de las manos de los viandantes. Los habitantes de New York no la ven así, incluso no la ven pues forma parte de lo habitual.
Un sofá destruido y roto, abandonado en la calle es basura sin ninguna duda. Seis sofás idénticos, todos desvencijados, puestos uno detrás de otro en una exposición museística, puede parecernos otra cosa. Son ya objetos que configuran un nuevo espacio, una nueva mirada, incluso una forma de expresión distinta pues es posible que ya se quiera decir algo con ellos.