Todas las legañas son naturales, excrementos de la vida que sueltan para vaciar, zonas muertas que desde el interior hay que ir vaciando para dejar paso a otras, pues nos estamos muriendo constantemente.
A las legañas no les prestamos atención, no las miramos incluso, pero tienen su propia personalidad y su diferencia. No todas las legañas son iguales ni del mismo color. Observarlas de cerca es toda una aventura, hacerlo con una potente lupa es casi un asco.
Esta es una legaña de árbol, las que más fácilmente podemos ver a simple vista. Pero casi todos son parecidas. Donde haya una legaña hay todavía vida, pues si no es imposible expulsarlas.