La fotógrafa norteamericana Mary Ellen Mark quiso emplear el arte de la fotografía para escribir historias de mujeres débiles, diversas, llenas de contrastes y a veces de dolor y tristeza. Se adentró en prostíbulos, en psiquiátricos o circos, buscando a la mujer débil, mal tratada por la vida, que sufría la soledad de la vida dura que no te ofrece salidas fáciles.
En la imagen (como nos relatan en El País) podemos ver a Erin Blackwell (Tiny) una prostituta a la que siguió la fotógrafa durante tres décadas para retratar su dura vida, desde los 13 años cuando la conoció y durante sus 10 embarazos. En la imagen la podemos ver a Erin en 1985 en su habitación en uno de sus embarazos.
La fotografía es testimonio, es escribir con imágenes, enseñarnos lo duro, lo terrible incluso, para que todos conozcamos la realidad. No se trata de la vedad pues esta nunca existe pura, sino como mucho filtrada por la mirada de alguien que nos la enseña, pero al menos no podemos negarnos que el dolor existe, que la necesidad no cubierta es responsabilidad de todos nosotros.