La artista alemana Käthe Kollwitz hizo este Autorretrato como parte de sus trabajos de xilografía y grabados. La dulzura que se logra en los grabados de muy diversas técnicas no está en sus trazos, que suelen ser duros y rotundos a veces, sino en su proceso pues siendo largo y de diversas técnicas que se juntan hasta lograr el resultado final, te convierten en un artista de laboratorio, de la impresión privada, y nada es más grato que ver salir desde un papel en blanco un ejemplar impreso con tu obra y hecho todo por tí mismo.
Käthe Kollwitz vivió (casi) los años de gloria de todo tipo de grabado técnico, bien en madera, o como litografías y en estos tiempos hay cuatro museos en Alemania dedicados en exclusiva a su obra lo que nos da idea de su importancia como artista global, pues hizo pintura, escultura y grabado entre las últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Pacifista y progresista supo reflejar los sufrimientos de la mujer en aquellos años tan duros de las Guerras Mundiales en obras que respiran dolor y a veces desesperanza.