Me han dicho, no os voy a decir quien, que el mar nos sigue esperando, que sigue existiendo aunque ya no hayamos podido ir a verlo en este último año, que sigue siendo amable en su orilla o bravo en su interior, que huele a mar y sabe a mar, que suena como siempre y deja que se le siga pisando descalzo sin problemas. Yo os lo juro, me lo he creído, pensé que era lo mejor que podía hacer ante el agotamiento. Y seguiré esperando hasta que quiera el que tenga que querer.