Johann Sebastian Bach en la primera mitad del siglo XVIII marcó la belleza en la música barroca y Eduardo Chillida nos lo quiere recordar con esta frase donde mezcla la belleza del mar con la de las composiciones de J. S. Bach para indicarnos desde donde beben sus obras, sus ganas de crear movimientos y formas.
El mar suena y rompe los silencios a poco que se enfrenta a cualquier superficie, a cualquier lienzo o espacios tranquilo como la hoja blanca de un papel o una roca sin esculpir.
¿A qué suenan las obras de Eduardo Chillida?