El Street Art es efímero por su técnica, pero sobre todo por los que no saben valorar su sentido, su valor urbano, los mensajes que a veces transmite. El Arte Urbano es necesario sobre todo en grandes fachadas, por mucho que los vecinos se crean propietarios de esos grandes lienzos que anodinamente inundan algunas ciudades.
El último mal ejemplo lo tenemos en Madrid, en el barrio de Usera, con la destrucción del mural del artista italiano Blu, uno de los 10 mejores artistas urbanos del mundo. Al restaurar la fachada, en vez de intentar conservar el mural que por cierto tenía un gran valor aunque no un gran precio, decidieron los vecinos pintarlo de cal, de blanco muerto. Y nadie supo poner remedio a tanta tontería. La incultura también se disfraza muchas veces de cal viva.