La artista valenciana Soledad Sevilla montó en Almería y luego en Sevilla una instalación para mostrar sobre las arquitecturas desprovistas de sus decorados por expolio, una proyección de lo que se conserva en el Metropolitan de New York sobre las paredes desnudas. Es recrear, es soñar, es reconstruir con luz lo que por dinero se llevaron y se vendieron.
Cien años después nos queda la idea, el proyecto, la luz de lo que en su momento los coleccionistas compraban y vendían para satisfacer sus impulsos de Dioses. Era la recuperación de un patio perdido, era el jugar a ser otra vez dioses para devolver la usurpado a base de luz y miradas.
Abstracción de luz, de emociones y miradas, de volver a construir ideas para comprobar que se puede (se tiene que…) seguir soñando.