El mundo de la mancha es inmensamente particular y atractivo, surrealista e hipnótico. Nadie puede escapar de la atracción de una mancha, aunque sea de huevo. Una mancha siempre llama la atención, siempre nos reclama la mirada, siempre nos obliga a odiarla o a amarla para siempre. La mancha siempre es protagonista.
Con una mancha puede decir mucho o nada, con la suma de muchas manchas puedes decir y desdecir, puedes crear y destruir. Puedes llenar o vaciar.
Nota.: Esta fotografía es un fragmento de una obra del pintor José Moñú titulada: Warhol tenía razón.