Un blog es un proyecto similar a un libro; páginas en blanco que van sumándose aunque en estos casos en forma inversa al tiempo de creación, pues en el blog vemos siempre lo primero el último texto creado.
Un Blog Fotográfico es una opción más, que acude a un mundo saturado de opciones. Y que resulta muy complejo de innovar, pues las herramientas se mueven más rápido que los contenidos.
El blog como en el caso de los libros debe terminar en algún momento, para dar paso a otro proyecto. Aunque es verdad que en todo autor hay una Marca Personal que identifica los diversos libros, los distintos proyectos artísticos. Diferentes pero similares.
El blog le siguió las redes sociales pero enseguida modos como Trump o Instagram ocupan espacios nuevos acompañando a por ejemplo a modos que complemente a YouTube como TikTok.
¿Es posible sobrevivir con un blog antiguo, viejuno, en un mundo en constate evolución con nuevos formatos, ideas, formas, contenedores de expresión?
Lo curioso es que un blog, en cuanto más páginas tiene más visitas recibe y si se cierra o acaba, es en ese momento cuando empieza a descender su penetración en el mercado de lectores.
Cerrar un blog es matarlo, no es —como en el caso de un libro— entregarlo para la publicación y para empezar a tener lectores.
Un blog tampoco se corrige casi nunca, y menos todavía cuando en teoría se termina de redactar todo el conjunto de páginas. El blog se cierra y se “abandona” sin más opciones. Y tiende a olvidarse.
La enorme rapidez con la que todo parece cambiar en la tecnología o entre los medios de comunicación en estos tiempos actuales, hace que ideas buenas se vean superadas en poco tiempo por otras ideas más nuevas. Más que avanzar, simplemente se cambia un sistema o modo por otro.
Cerrar un blog es matarlo, no es —como en el caso de un libro— entregarlo para la publicación y para empezar a tener lectores.
Un blog tampoco se corrige casi nunca, y menos todavía cuando en teoría se termina de redactar todo el conjunto de páginas. El blog se cierra y se “abandona” sin más opciones. Y tiende a olvidarse.
La enorme rapidez con la que todo parece cambiar en la tecnología o entre los medios de comunicación en estos tiempos actuales, hace que ideas buenas se vean superadas en poco tiempo por otras ideas más nuevas. Más que avanzar, simplemente se cambia un sistema o modo por otro.
La sustitución se produce antes de que se agotan todas las opciones de la primera idea, antes de que evolucione. E incluso lo que las sustituye no siempre es mejor, sino en muchos casos más rápido, fácil, sencillo y simple.
No se busca optimizar lo que hay… sino cambiarlo.
No se busca optimizar lo que hay… sino cambiarlo.
A los blog le siguieron las redes sociales de texto y a esto las de imágenes o vídeo. Y no sabemos que vendrá enseguida, pues incluso las redes sociales dan muestra de agotamiento.
¿Es posible sobrevivir con un blog antiguo, viejuno, en un mundo en constate evolución con nuevos formatos, ideas, formas, contenedores de expresión?
¿Cuántos segundo de vida activa o útil tiene una publicación en un blog o en cualquiera del resto de métodos o herramientas de publicación digital actual?