Si volvemos al dibujo infantil, al Arte Primitivo de un niño de tres años y medio, volvemos a ver grafos similares a los de algunos artistas contemporáneos. Arte que se sigue manteniendo pues emana desde el interior del ser humano. Arte Brut si así lo queremos llamar, Arte Primitivo también, Arte Conceptual incluso pues lo que simplemente busca el niño, es decir la Persona Artista, es plasmar una idea.
Aquí vemos un bosque en otoño. Este niño vive en el campo, sabe lo que es caerse las hojas, lo que son las tormentas, que los árboles dejen caer unas hojas mientras otras todavía se mantienen en las ramas de diverso color entre verde y ya marrón. Sabe lo que es la tierra y el cielo y las hierbas secas del suelo en un amarillo cromo. Incluso sabe mezclar con la nube negra esas aguas azules que caen y algunos rayos que pinta de negro pues no tiene pintura blanca sobre papel blanco. Sintetiza, elige, simula.
¿Y lo rosa qué es? El niño no está en el bosque solo disfrutando de la tormenta. Lo ve todo desde el corral de su casa, desde lo que podríamos llamar jardín. Y allí hay un cactus grande. ¿Y por qué lo pinta de rosa? Pues porque el ya sabe que el cactus es un elemento diferenciador. lo pone incluso en el centro de la escena. No encaja bien en el bosque que observa desde su casa. Y el color rosa aunque no se parezca en nada al cactus real, es el único color diferenciador de la naturaleza. Él no lo sabe, realmente él cree no saberlo. pero su interior le dicta que de los colores que tiene en la mano, él único que no ha utilizado es el rosa. Así que si quiere remarcar el cactus, hay que hacerlo en rosa, para que se vea.
Simpleza, economía de las ideas, interiorismo mental puesta a trabajar para dejar salir lo que realmente él está viendo. No hay tanta distancia entre un dibujo infantil y algunas obras surrealistas basadas en conceptos, en minimalismo incluso naif.