No hay duda de que la fotografía además de ser un medio explicativo, de comunicación, de recuerdos e información vital, es también un medio artístico para expresarse. A la altura de la literatura, la pintura, la música o el teatro. Un Arte más. Ni más ni menos.
Y ya admitimos además que la fotografía no es una repetición del mundo que vemos. Que además de serlo, puede ser "otra" cosa diferente a cambio de ser modificada, manipulada, seleccionados sus encuadres o simplemente retocada en un ordenador.
No es lo mismo una novela que un artículo periodístico, y todo son letras, todo es literatura. Y en fotografía sucede lo mismo. No se puede juzgar por igual un trabajo de un fotógrafo artístico del de un fotógrafo periodístico. El primero tiene licencia para mostrarnos "sus" ideas, mientras que el segundo tiene la obligación de mostrarnos "la verdad".
Y en ese segundo caso, el Arte entra para poder modificar e incluso engañar a la vista, para poder expresar lo que el artista quiera. La Maja Desnuda de Goya no era tal y como nos la muestra Goya, ni la Rendición de Breda fue como la vemos en la obra de Velázquez.
El apellido Arte a la Fotografía viene de lejos, no hay duda de ello. Pero a veces le pedimos lo que no debe hacer. Que sea totalmente real, cuando simplemente quiere ser un modo de expresión artística. Tienen que "parecer" real, como lo tiene que parecer una novela de ciencia ficción o negra o de amor. Nos lo tenemos que creer como espectadores o como lectores. Pero nada mas.
La objetividad total se la tenemos que pedir a los periodistas, no a los constructores de historias artísticas, aunque utilicen las mismas herramientas.
Y no olvidemos nunca que a veces el Arte puede ser Basura o incluso puede no gustarnos absolutamente nada. O pensar que es absurdo, fácil o inútil.