La fealdad o la belleza… dependen. Siempre depende de nuestro punto de vista. Lo diferente siempre nos parece feo, lo que nos hemos creído armonioso siempre lo consideramos bello. Pero las armonías cambian con los años, más con los siglos.
Hay veces que eres feo sin contemplaciones, feo de concurso, de premio y de aplaudir después. Pero si además de feo eres pato que no es lo mismo que patoso, la cosa puede cambiar.
¿Quién se atreve a decir que un pato es feo? ¿Y un hipopótamo? ¿Y por qué es más fea una pulga que una hormiga?
Pero este pato… joder, es feo ¿no?