En la anterior entrada hablaba de la importancia de jugar con la luz para dar dramatismo a una obra pictórica clásica. Y ahora estamos mostrando una obra similar, también de una época parecida, donde la luz es la que nos marca las miradas como espectadores. El protagonista es Abraham sobre todo por estar en mitad de la obra y por el tipo de iluminación hacia su precisamente ropa blanca.
En este caso es una obra del pintor holandés Aert de Gelder titulada Abraham y los Ángeles y que se encuentra en el Museo Boijmans de Rotterdam. Un cuadro pintado sobre 1680 por uno de los más adelantados alumnos de Rembrandt del que copia su estilo, su tratamiento de las luces y las sombras y a veces incluso el tipo de colores de su paleta para crear ambientes similares.
Alguna vez obras de Aert de Gelder se han confundido con obras de Rembrandt. Por ejemplo esta misma que podemos ver arriba, finalmente atribuida al artista Aert de Gelder.