Empezó dibujando cómic o haciendo cartelería para el cine de aquellos años, fuerte, duro, distinto, libre. Pero hoy he querido recuperar sus inicios cuando cualquier material le servía para dibujar y plasmar historias y personajes que desde un mundo nuevo se abrían a lo que se entendía como normalidad.
El «comix» underground y los tebeos del Rrollo en Barcelona y la Cascorro Factory en Madrid fueron dos de los espacios culturales principales de un movimiento que unió a jóvenes de diferentes sensibilidades tras la muerte del Dictador y la llegada de la Apertura —más que de la Democracia que todavía estaba casi nonata— en unos tiempos de cambios y sobre todo de nacimiento de movimientos culturales muy necesarios.