Todos los artistas de renombre han sido niños. Incluso casi todos nosotros también. Y todos habrán empezado dibujando unas líneas, imaginando algo de color que servía para plasmar lo que pensaban, lo que imaginaban.
Nada más que eso. Imaginación, ideas, ganas de comunicar, libertad… y unas pocas herramientas.
¿Y para qué sirve el Arte? Pues eso, es verdad, menos mal, no sirve para casi nada. Es cierto. Como tomar una cerveza a las 8 de la tarde en una zona verde. O como hacer el amor jugando con las pieles. Todo es relativo, todo sirve para disfrutar, y efectivamente, todo se acaba. Todo tiene un tiempo de gozo. ¿Que para qué sirve la cerveza? Pues no sé, pero lleva miles de años entre nosotros.