Parece que vuelve el Madrid escondido, el Madrid confinado, el Madrid de todos. ¿Quién llego a pensar que Madrid era solo de los madrileños?
Madrid es de todos y que lo veamos salir de su escondite debería alegrarnos a todos pues supone vencer la enfermedad.
Vuelve a alzar su estrella hacia el cielo buscando otra vez la normalidad de su historia. Simplemente eso.
Siempre nos quedará el placer de nuestras ciudades conocidas y reconocidas, cercanas o lejanas. Tras inventar la globalización (casi) todos tenemos decenas de ciudades que son nuestras. Y que incluso nos pertenecen pues una ciudad no tiene precio pero sí valor.
Volveremos pronto a Madrid para poder reconocer que somos capaces de vencer las dificultades.