La NO música, el NO sonido mientras ella se movía sobre el espacio del escenario marcaron sus formas de trabajo, de expresión, intentando volar simplemente con el dinamismo del movimiento.
Las aves no necesitan música para moverse por el aire. Sus caídas y recuperaciones del suelo marcaban sin música unos movimientos que llenaban los momentos y daban plasticidad a lo que deseaba, que fuera eso simplemente, el movimiento, el que generara sensaciones, sin estar acompañada de música.