Pueden ser magos, payasos, contorsionistas, mimos, músicos, actores, pero sin duda son artistas que entregan su trabajo y su tiempo para llenar la calle de sensaciones nuevas.Una calles es un montón de cemento y asfalto hasta que llegan las personas a llenarla, cada uno en su función, los artistas y los espectadores, los paseantes y los aplaudidores.
Con la suma de todo se logra que la calle deje de ser cemento y asfalto para ser vida y color, sensación y tiempo. Nada es gratis, todo tiene su precio. A veces se nos olvida agradecer lo que se hace, pero al menos, por favor, aplaudir. Reconocer el trabajo que nos entregan.