Son peces de Oporto, peces de ciudad que flotan entre unas aguas azules que no se mueven mucho. Son peces de mar pues las aguas del Duero son grises tirando a marrones y estos peces no quieren soportarlas. O sí, tal vez si acaso a la hora de comer pues entre las aguas turbulentas y cochinas es donde mejor se come lo que nadie quiere.
Son peces de Oporto que no beben vino, y ellos se lo pierden, pero que se mueven muy rápido pues no se dejan atrapar por los cazadores de sueños. Por eso siguen siendo azules.