Es verdad que en los últimos años vamos escapados a todos los sitios y en la mayoría de las ocasiones hemos aumentado mucho nuestra capacidad de mirar y hemos perdido la capacidad de ver.
Los más excelentes de la sociedad son precisamente aquellos que sabe ver. Y en Ate es fundamental saber ver. En fotografía es imprescindible pues allí deben seleccionar, elegir el encuadre a tu gusto, y para ello debes estar “viendo” claramente el encuadre, como si ya estuviera recortado y puesto sobre un papel.
Pero en escultura o en pintura es fundamental imaginarse qué vamos a lograr según avanzamos con la obra. Tenemos que ir “viendo” antes de que la obra se vea del todo. También en literatura, Teatro o en música nos sucede algo muy similar. Cada escena tiene sentido dentro del todo, y sin haberlo compuesto debes imaginar qué parte forma lo que en ese momento estás construyendo.
Hay que ir observando la obra a trozos según la construimos, dentro de un proceso que ya tenemos muy metido dentro de nosotros y que nos enseña sin haberlo terminado qué queremos hacer. Aunque es verdad que luego, a veces, modificamos “cosas” y el final es distinto al que imaginábamos.
Con el Arte vamos a expresar algo y para ello nosotros lo tenemos que haber visto antes. En todos sus detalles, observado desde todas las ópticas posibles. Y según se vaya montando el poema, la obra, el libro, verás que a veces se te mueven los paisajes, los personajes, los compases, pues ni tú eres igual al momento en que comenzaste la obra, ni las partes de ella, que no estaban totalmente formadas habían demostrado sus tentáculos, sus influencias sobre todas las demás.
Los más excelentes de la sociedad son precisamente aquellos que sabe ver. Y en Ate es fundamental saber ver. En fotografía es imprescindible pues allí deben seleccionar, elegir el encuadre a tu gusto, y para ello debes estar “viendo” claramente el encuadre, como si ya estuviera recortado y puesto sobre un papel.
Pero en escultura o en pintura es fundamental imaginarse qué vamos a lograr según avanzamos con la obra. Tenemos que ir “viendo” antes de que la obra se vea del todo. También en literatura, Teatro o en música nos sucede algo muy similar. Cada escena tiene sentido dentro del todo, y sin haberlo compuesto debes imaginar qué parte forma lo que en ese momento estás construyendo.
Hay que ir observando la obra a trozos según la construimos, dentro de un proceso que ya tenemos muy metido dentro de nosotros y que nos enseña sin haberlo terminado qué queremos hacer. Aunque es verdad que luego, a veces, modificamos “cosas” y el final es distinto al que imaginábamos.
Con el Arte vamos a expresar algo y para ello nosotros lo tenemos que haber visto antes. En todos sus detalles, observado desde todas las ópticas posibles. Y según se vaya montando el poema, la obra, el libro, verás que a veces se te mueven los paisajes, los personajes, los compases, pues ni tú eres igual al momento en que comenzaste la obra, ni las partes de ella, que no estaban totalmente formadas habían demostrado sus tentáculos, sus influencias sobre todas las demás.
La obra que vemos arriba es del zaragozano José Orús.