Porque se nos ha ido el gladiador Kirk Douglas y ya nunca nacerán esas espaldas que tenía Issur Demsky. Judío de estirpe bielorrusa born in Amsterdam. A quien su hijo se parece menos, como roca de desierto a la que le da el sol de la tarde, que el fiero Harvey Keitel. En mi opinión, su único sucesor artístico judío.
Ambos gentes de las que llenaban un bar, que paraban una conversación desustanciada solo con una mirada, un pelado y corte de cebolla enérgico a navaja. Como tantos irremplazables con copia mala.
Sosteniendo y encerrando en sus manos de sarmiento todo un hatillo vital de emigrantes. De judíos errantes o de pastores por cabañera, da lo mismo.
Ahora todo es técnico y de muchas palabras. Pero seguirá siendo necesaria que piensa en cuándo están maduras y huelen las trufas.
Maduradas por el frío, es otro de esos olores como el pachuli que no se pueden embotar antes de hora. Que modifican el sabor de los huevos más que siendo rayadas en ellos, dejándolas en la nevera para que los aromaticen crudos.
Kirk Douglas perteneció a esa grey, raza e individuos por circo y necesidad esculpidos. Hubiera disfrutado echando humo en cualquier casino o bar de Jacetania, relatando sus errancias, sus yerros y sus cosechas perdidas por falta de conocimiento del árbol que plantó donde fuera.
Ahora salud, castings o pasarse de fuerte están protocolizados. Desde entonces, hay un porcentaje de medianía que mejora imputando todas las muertes a los sanjuandedios u hospitales especiales coronachinos del mundo. Pero los omoplatos y tibias tronchaus, ya no nos sueldan como a Demsky y se nos queda el cuerpo contrahecho.
Igual es que le damos demasiada mente al postoperatorio y a ellos les cosieron en vivo. Y tuvieron ellas y ellos dedos como ramas de noguera.
Savia de saúco no podado, by Gaultier… No son ya más que nombres que barajear en campañas de promoción.
Tus hijos viven a todo trapo blanco de harina, ocultos en Valldemossa sin bajar al bar ya cerrau a convivir y sentir por qué comprar trufas en Teruel a primeros de diciembre pero no tanto en la Canal.
06.02. 2020 Luis Iribarren