Desde Indonesia nos remite esta preciosa imagen urbana de la ciudad de Bali la corresponsal compartida entre Luis Iribarren y todos nosotros, lectores y miradores de ese arte efímero que es el sencilla arte urbano con doble intención.
El niño quiere salir, o quiere entrar, o quiere mirar. Todo es posible. El niño se está aupando para llegar a la libertad que supone poder saber “qué hay detrás” y con ello se comporta como cualquier otro niño. Algo que los adultos ya hemos sido domesticados para no hacer. No hay que intentar saber qué hay detrás, no vaya a ser que nos guste y nos volvamos atrevidos queriendo alcanzarlo.
Los niños sí, los adultos… NO. Tenemos que aprender que está prohibido.