Símbolo de la sociedad, de las energía positiva y negativa, de nuestro bienestar físico y emocional, de nuestra forma espiritual de ver la vida desde la óptica casi prehistórica del ser humano sabedor de su vulnerabilidad ante la naturaleza.
Estos “árboles de la vida” son muy comunes en algunas culturas como elementos de regalo familiar o de prestigio, pues representan el mundo exterior que está por encima de la persona.