El artista americano Ree Morton creó esta instalación en el año 1974 titulada “A cada hombre en concreto” inspirada en el pensamiento de Miguel Unamuno que ahora lo hemos vuelto a sacar en España para mostrarlo en sus dudas pero sobre todo en sus acciones y en sus pensamientos activos, en sus luchas incluso contra sí mismo.
Ree Morton quiere aquí mostrarnos esa moción del espacio y la relación que existe entre él y los espectadores, las personas, los objetos. Todos formamos parte del paisaje de la vida, nada es igual sin los objetos, sin las personas interactuando con ellos, sin las luces, sin las indicaciones de los movimientos permitidos o prohibidos. Todos formamos un conjunto.
Esta obra invita cuando no obliga al espectador a entrar en ella y formar parte del conjunto, como una mesa o una lámpara más. Pero tampoco nada más que eso. Nos movemos y ya es una gran diferencia con las mesas, pero no podemos hacer nada que no sea mirar, observar, fotografiar para llevárselo a casa, pero no podemos tocar los objetos, moverlos, interactuar con ellos.
Permisos y prohibiciones. Como siempre. Pues somos animales racionales pero animales.
“No hay que venerar las ideas ni seguirlas ciegamente, sino que hay que usarlas, como se usan unos zapatos: hay que someterlas e integrarlas en la vida, en la realidad básica. No en la vida en un sentido general y abstracto, sino en la vida de cada individuo, de cada hombre en concreto, de carne y hueso. Yo, tú, lector mío; aquel otro de más allá, cuantos pisamos sobre la tierra. Y este hombre concreto, de carne y hueso, es el sujeto y el supremo objeto a la vez de toda filosofía, quiéranlo o no ciertos sedicentes filósofos”.