Los artistas se salen de lo establecido hasta entonces, lo cual sin duda es hoy un buen ejemplo lógico del papel del arte ante la sociedad, y empiezan a trabajar mucho más la invención de los paisajes, saliéndose de lo real para construir escenas a gusto de cada artista, tocando incluso el erotismo, cada uno con su propio “estilo” con su propia “manera de hacer” de donde viene la palabra Manierismo, y que representa una libertad para crear pero sin salirse de los clásicos modos de ver la sociedad que había que pintar.
La pintura se complica, se trabaja mucho más las texturas, se dejan zonas de los cuadros en apariencia sin terminar o bocetadas, se empieza “a jugar” con la forma de pintar de cada artista. Se busca sorprender al espectador, ser más llamativo con las obras y las escenas representadas, más provocadores con escenas que se inventaban precisamente para eso, para llamar la atención de que el arte podía generar escenas inverosímiles, creadas para ser enseñadas y que no siempre tenían que ser reales.