Los guapos, las guapas, saben que son guapas. Las miramos más, nos sorprenden con su belleza, con su movimiento, con sus brillos y colores. Pero saben también que todo es efímero.
Que tras el color viene el marrón. Que tras la tersura viene los arrugamientos y la mustiosidad.
Ven a su alrededor hojas ya tiesas, mustias, ajadas, marrones y sabes que todo es cuestión de tiempo.
Mientras tanto, seguiremos admirando la flor bella.