El urbanismo, las calles de cualquier localidad permiten infinidad de imágenes que bien elegidas y ambientadas resultan distintas a una mirada simple, sencillas. El encuadre juega a favor de presentar escenas que pueden parecer diferentes. En el encuadre seleccionamos, mostramos lo que queremos resaltar. Y si además jugamos con la luz para remarcar más las escenas que deseamos mostrar, el juego con la realidad está precioso.
En esta imagen la único que permite jugar es la luz, los negros que esconden, que sacan hacia nosotros las luces del puesto de churros. Sin esa oscuridad que enmarca, la imagen no tendría sentido, perdería la luz contrastada. Y eso hay que verlo en el instante para ajustar la cámara o luego en el laboratorio digital para jugando con un RAW seguír practicando con las luces y las sombras.