Entre las penumbras de una tarde en Almería me encontré esta flor a punto de cerrarse del todo. Son artificios naturales que no lo parecen y tiene motor.
Cuando hace buena luz y sol se abren para provocar. Cuando llega la noche se cierran para ensimismarse.
Es mucho trabajo para una flor y por eso su motor se acaba en pocos días. Pero mientras tanto, es una maravilla de movimiento.