Las ofrendas siempre se hacen a los iconos, a los recuerdos, a los lugares, a los símbolos. Y como ofrenda sirve desde la palabra a unas flores, desde un trozo de vida a unas ramitas de amor. No es tanto el qué como por el qué.
Esta cruz está en una ermita de Huesca. Tal vez incluso escondida y por eso elegida. Pero es nuestra cruz de los deseos.