A veces la fotografía tiene la obligación de remarcar lo que vemos, de intentar transmitir la misma sensación que estamos viviendo mientras observamos. Y esto es lo más complicado. Sobre todo en arquitectura o en arte.
¿Cómo podemos transmitir con una simple fotografía plana lo complejo de un escenario en relieve que inspira grandiosidad a la vez que casi agobio por su envolvente?
Había que recoger referencias de tamaño, demostrar que todo el techo casi asfixia a los elementos de la enorme sala o del largo pasillo, pero además transmitiendo volumen y tamaño real. Con un gran angular extremo es más sencillo, pero no siempre se tiene a mano.
Había que tirar de perspectiva y sacar el techo que casi apabullara la totalidad de la fotografía.