Pero la figura de la chica que hacía de fotógrafa en vez de estar sobre el fondo claro de la piedra del edificio, estaba sobre la zona oscura de la gran puerta del edificio. Me moví ligeramente para encuadrar todo igual pero con las figuras sobre el fondo claro de la piedra…, y se me movieron perdiendo la fotografía todo su sentido.
Cuando eres cazador de instantes esto es muy habitual, perdemos pequeñas historias por movimientos de instantes. Es mejor una mala fotografía que no hacer la fotografía. Y tras una mala fotografía intentar una mejor. Debería haber disparado la primera toma y luego intentar la segunda, pero no lo hice.
Os dejo a cambio esta fotografía de una calle de New York, donde un joven tocaba percusión con botes vacíos de pintura, y nadie le prestaba atención.