Todo era mentira, lo habían recreado para engañarnos, para introducirnos en un sueño literario y hacernos creer que las novelas tienen relieves. Era una mesa falsa, teatralizada para hacernos creer que estábamos en casa de un personajes literario.
Fotografiar el teatro es fotografiar una mentira para mostraros otra mentira. Pero daría igual tantas mentiras seguidas si al final logras engañar las miradas. ¿Es la mesa de un loco detective? ¿La de un personaje de dibujos animados? ¿La de un investigador que sueña con volar por el mundo?
Nota.: Es la entrada a una atracción de Port Aventura, donde antes de jugar disparando con pistolas láser, observas la vivienda de los protagonistas. Una buena luz y algo de juego con las exposiciones logran el resto. El protagonismo es del flexo y de la maceta, que ocupan mirándose, la zona principal.