Si vemos los motivos o el tipo de textura de la tela bordada, vemos que en estos 22 siglos no hemos cambiado casi nada en la forma de crear arte con telas e hilos, con lana de los animales que tenemos más a mano. Incluso tampoco ha cambiado el motivo de los dibujos o el motivo por el que utilizamos este tipo de ropas de poder y de fiesta.
Creemos que avanzamos, cambiamos mucho mientras pasan por encima de nosotros los meses o los años, y en realidad ni los siglos logran hacernos cambiar nuestras formas ancestrales de creación, que surgen de necesidades interiores.
¿Hay mucha diferencia entre estos dibujos y por ejemplo los que realiza Joan Miró en su momento? Lo curioso es la enorme distancia en años y en kilómetros.