Dentro de todas estas calificaciones y algunas más que me dejo fuera, existen decenas de adjetivos y posibilidades. Por eso el Arte es tan inmenso, plural y a su vez tan sumamente complejos de aceptar. Puede gustarte un arte y odiar otro. Entender uno y aburrirte con otro. Incluso y lo más habitual, que aceptes como arte lo que otros aceptan como mamarrachadas y totalmente al contrario.
Precisamente esta divergencia tan inmensa es lo que hace fundamental al Arte y tan duradero en la vida de las sociedades. Todo puede ser Arte y a veces nada es Arte, depende de las personas y de los tiempos.
Pero el Arte siempre ha elevado el tono de quien lo ejercía y de quien lo contemplaba. Se construía precisamente para marcar un eslabón superior. Desde que tenemos constancia del ser humano como un animal racional tenemos constancia del uso del Arte como elemento vital, aunque posiblemente aquellas personas no fuera artistas sino brujos o chamanes, que es otra manera de crear vidas fuera de la vida común.
Existían miedo, preguntas sin responder y se construían respuestas en las paredes a través de manos, de unos dedos que dibujan con sangre signos no siempre entendibles hoy o a través de crearse joyas para llevarlas al cuello que contuviera cabezas de enemigos o cuernos de animales feroces. Esa primera expresión artística no es para agradar la mirada, sino para curar miedo o para producirlos en otras personas.
Cuando los cristianos imponen el Arte religioso para contar con “dibujos” la Historia Sagrada están haciendo Arte, al igual que cuando los ejercicios obligaban a dibujar o esculpir personajes con unas claras normas obligatorias de tamaño, posición, elementos. El Arte se adapta a los tiempos, se intenta controlar y manipular, lo que sin duda significa que tiene un valor y una fuerza tremenda, y que los poderosos quieren tener y controlar. Con el Arte se puede manipular a las personas. Y todavía no se había inventado la imprenta.
La imagen es de un vaso mostrando a un cosechador de frutas del Perú encontrada en la ciudad de Nasca, con entre 1.500 y 2.200 años de antigüedad. Lo curioso en el Arte es que nos podemos encontrar planteamientos parecidos con más de 2.000 años de antigüedad en zonas tan lejanas y sin claros contactos culturales entre ellas como pueden ser las actuales Australia, América o Europa.