¿Merece la pena ser flor de carretera?
La tristeza va por barrios y nadie está libre. Ser flor parece un éxito vital, algo que debería contentar a cualquier vegetal que se precie. Pero ser flor en la orilla de una carretera es un problema gordo. Polución, asco, ruidos, aires envenenados, y todo aliñado con pasar desapercibido para todo el mundo. ¿Merece la pena ser flor de carretera?
