Fotografiar nuestras calles con su vida o las calles que visitamos mientras hacemos turismo. Una manera fácil de disfrutar y de recordar lo visitado, pero a la que le vienen muy bien algunos consejos sencillos para que el resultado sea mejor.
¡¡Atrévete!! la calle es tuya y conociendo las leyes de cada país, puedes fotografiar lo que quieras. Es verdad, cada vez menos cosas, pero en realidad lo que no se puede en algunos casos es sacar provecho económico de las imágenes, no tanto está prohibido el fotografiarlas o al menos no es lógico que te denuncien por la fotografía de una catedral de New York, si no estás ganando dinero con esa imagen. Por poner un ejemplo ya no se puede fotografiar personas sin su permiso que incluso deberíamos tener por escrito, algo imposible. Y no se puede fotografiar algunos monumentos, algo totalmente increíble. Existe la “Libertad de panorama” que no es igual en todos los países y que pone sus problemas en algunos tan cercanos como Francia, Bélgica, Holanda o Suiza. También está prohibido cruzar en rojo un paso de peatones. Pero si viajas a otros países, léete las normas.
Trabaja en un proyecto o una idea que va creciendo según tus gustos y posibilidades. Por ejemplo chimeneas, piedras, hierros, texturas, textos en paredes, ventanas, etc. Es una manera de hacer crecer tu colección de forma original y más fácil, si desde un principio eliges un tema y te dedicas a él con más fuerza que al resto.
Experimenta con las miradas. No fotografíes lo lógico, lo que harían todos los demás. Busca una posición diferente, atrevida, original. Mete algo más que los objetos que quieres fotografiar para que el resultado sea distinto. Agáchate o levante la cámara por encima de tu cabeza, pero busca originalidad.
En las calles siempre hay personas. No deben estorbar una fotografía, pero deben estar incluidas. O se hace una fotografía urbana sin UNA SOLA PERSONA o se hacen fotografías con personas en su ambiente. Intentar hacer fotografías con muy pocas personas no funciona bien y resulta artificial.
En las calles hay decenas de detalles, y son esos los que menos vemos, ven los que pasan decenas de veces por el mismo lugar. Los detalles no están para verlos sino para complementar la escena, así que si somos capaces de cazarlos de forma original, sorprenderán a los espectadores posteriores.
Quédate quieto. Deja que la ciudad pase delante de tí. No te muevas y deja que sea la ciudad quien se mueva. Muévete a una velocidad mucho más lenta que la ciudad, para que las “cosas” pasen a tu lado, no para que seas tú quien se mueve con las cosas. Aprender a moverte de forma lenta por una ciudad sirve para ver muchas escenas de la misma que nunca se ven. Utiliza la ciudad como si fuera una película donde todo transcurre y tú estás a la caza de la escena, del movimiento.
Mi último consejo es que utilices o bien un tele o bien un gran angular. Un 150 mm o un 10/24 mm. Es verdad que un 35 mm va de maravilla para la fotografía urbana. Pero está muy utilizado. Es fabuloso para aprender, hay que acercarse pero no demasiado. Pero a largo plazo desearás tener un tele para los detalles lejanos y un buen gran angular para sacar esas miradas de escenarios que no se ven con normalidad.
¡¡Atrévete!! la calle es tuya y conociendo las leyes de cada país, puedes fotografiar lo que quieras. Es verdad, cada vez menos cosas, pero en realidad lo que no se puede en algunos casos es sacar provecho económico de las imágenes, no tanto está prohibido el fotografiarlas o al menos no es lógico que te denuncien por la fotografía de una catedral de New York, si no estás ganando dinero con esa imagen. Por poner un ejemplo ya no se puede fotografiar personas sin su permiso que incluso deberíamos tener por escrito, algo imposible. Y no se puede fotografiar algunos monumentos, algo totalmente increíble. Existe la “Libertad de panorama” que no es igual en todos los países y que pone sus problemas en algunos tan cercanos como Francia, Bélgica, Holanda o Suiza. También está prohibido cruzar en rojo un paso de peatones. Pero si viajas a otros países, léete las normas.
Trabaja en un proyecto o una idea que va creciendo según tus gustos y posibilidades. Por ejemplo chimeneas, piedras, hierros, texturas, textos en paredes, ventanas, etc. Es una manera de hacer crecer tu colección de forma original y más fácil, si desde un principio eliges un tema y te dedicas a él con más fuerza que al resto.
Experimenta con las miradas. No fotografíes lo lógico, lo que harían todos los demás. Busca una posición diferente, atrevida, original. Mete algo más que los objetos que quieres fotografiar para que el resultado sea distinto. Agáchate o levante la cámara por encima de tu cabeza, pero busca originalidad.
En las calles siempre hay personas. No deben estorbar una fotografía, pero deben estar incluidas. O se hace una fotografía urbana sin UNA SOLA PERSONA o se hacen fotografías con personas en su ambiente. Intentar hacer fotografías con muy pocas personas no funciona bien y resulta artificial.
En las calles hay decenas de detalles, y son esos los que menos vemos, ven los que pasan decenas de veces por el mismo lugar. Los detalles no están para verlos sino para complementar la escena, así que si somos capaces de cazarlos de forma original, sorprenderán a los espectadores posteriores.
Quédate quieto. Deja que la ciudad pase delante de tí. No te muevas y deja que sea la ciudad quien se mueva. Muévete a una velocidad mucho más lenta que la ciudad, para que las “cosas” pasen a tu lado, no para que seas tú quien se mueve con las cosas. Aprender a moverte de forma lenta por una ciudad sirve para ver muchas escenas de la misma que nunca se ven. Utiliza la ciudad como si fuera una película donde todo transcurre y tú estás a la caza de la escena, del movimiento.
Mi último consejo es que utilices o bien un tele o bien un gran angular. Un 150 mm o un 10/24 mm. Es verdad que un 35 mm va de maravilla para la fotografía urbana. Pero está muy utilizado. Es fabuloso para aprender, hay que acercarse pero no demasiado. Pero a largo plazo desearás tener un tele para los detalles lejanos y un buen gran angular para sacar esas miradas de escenarios que no se ven con normalidad.