Las flores no son verdes…, casi nunca. Pero a veces la propia naturaleza nos quiere engañar y nos deja su color habitual, también entre las flores, sobre todo si no tienen que llamar la atención de insectos que acudan a polinizar.
Esta repetición de pétalos son casi como fractales matemáticos que van surgiendo poco a poco y a su vez creciendo siguiendo pautas casi imposibles de entender.