En esta imagen que he recogido por la delicadeza que transmite dentro de una especie de tristeza colectiva, vamos a unos toreros que abandonan la ciudad de Calatayud como derrotados, sin duda cansados de su trabajo pero a la vez caminando por el arcén como si se tuvieran que ir andando inmersos en la pobreza del destino tras haber gozado de las luces y los aplausos que muchas veces son del momento y efímeros. El detalle del cambio de calzado o de los palos en la mano ayudan aún mas a ese caminar como derrotados. El tipo de iluminación, nublado, y tal vez con un exceso de tonos en las luces, hace más dramática la fotografía.
Fueron toreros hace un rato ¿y ahora qué son?