Tener un poco de todos ellos, de todas ellas, debe ser fabuloso. Mezclado sin agitar en su justa proporción. ¿Y cúal es la justa?
Un poco de cada: de la ira, la envidia, la soberbia, la lujuria, la gula, la codicia y la pereza. Con esa mezcla podemos ser más felices. Pero sin que ninguna se apodere de la otra.