Esta estela egipcia, de unos 3.500 años de antigüedad nos muestra a un faraón de la Dinastía XVIII golpeando a un enemigo y encontrada en la zona de Menfis.
El poder siempre ha radicado en la cabeza, por ello el valor máximo del poderoso ha sido siempre poseer el control de la cabeza del enemigo, del contrario. En algunas culturas se corta la cabeza del contrincante para demostrar victoria. O simplemente como en este caso se le agarra de los pelos y se le castiga en la cara, en la cabeza con golpes que le desfigurarán.
Si miramos con más detenimiento la estela vemos que hay otros poderes que le observan bendiciendo el castigo. Un sumo sacerdote y una ave que representará a alguna divinidad. Y vemos también a un enemigo empequeñecido, débil. Poca cosa comparado con el faraón. Todo es ideal y pura propaganda de hace 3.500 años.
El arte cuando se ha podido comprar por encargo deja imágenes de violencia y horror, necesario para demostrar que los viles son poderosos, y que están bendecidos por el resto de poderes.
El arte cuando se ha podido comprar por encargo deja imágenes de violencia y horror, necesario para demostrar que los viles son poderosos, y que están bendecidos por el resto de poderes.