En las calles nos vigilan, eso sin duda, pero a veces quien nos vigila son pequeños monstruos de piedra que están estratégicamente colocados para no ser vistos. Este bicho mitad gorila mitad humano con cara de malos modos está en el centro de Madrid, en una calle muy transitada y mirando de frente a no llegan tres metros de altura. pero pocos saben de su existencia, de su mirada atenta.
Cuidado con pasear, que te están observando.