20.12.18

Rafael Canogar nos habla del lienzo blanco

El respeto, incluso el miedo al lienzo en blanco, al papel vacío, a quedarnos sin ideas cuando nos ponemos a crear algo es innato a todos los que de alguna manera desde la nada edificamos algo nuevo. No en todos con la misma intensidad, pero el respeto al vacío, a la nada, es inherente al ser humano. Es verdad que hay actividades artísticas o creativas donde esto es mucho menor, por ejemplo en la fotografía donde no te enfrentas tanto con el blanco, si acaso con la falta de ideas que te acompañen a tu anterior trabajo temático. Pero a la hora de escribir, de pintar o de esculpir, los inicios o incluso las continuaciones son siempre un reto.

Rafael Canogar nos lo explica con pocas líneas en el texto de arriba. Y nos dice que hay que hablar, dialogar con el espacio vacío, con el blanco de la hoja de papel, contigo mismo, para encontrar nuevos proyectos, nuevas ideas. Respetar los blancos y los vacíos, pero respetarte a ti mismo pues al final tienes que saber que eres capaz de construir otra vez, lo que ya iniciaste en el mundo de las ideas.